Nos encontramos delante de un cuadro de Jan Van Eyck, el
matrimonio de Arnolfini. Como características de la pintura de Jan Van Eyck
encontramos las siguientes: utiliza la técnica del óleo, Abandona la interpretación medieval de los temas religiosos porque los
temas sobrenaturales son interpretados como escenas de aspecto habitual y
cotidiano, utiliza la perspectiva lineal, La atmósfera y la luz están captadas
con una maestría inigualable y temática inigualable.
Pasando al análisis formal e
iconográfico, comenzaremos comentando el material y la técnica utilizada en esta
obra, en este caso se emplea el óleo sobre tabla de roble, creando así un gran
hiperrealismo. Continuaremos mencionando el dibujo y el color, es muy preciso
con numerosos detalles como por ejemplo: el tratamiento del perro y los encajes
del tocador de la mujer; en cuanto a los colore, presentan una perfecta
gradación tonal que crea una sensación de volumen y espacialidad, la gama
cromática es muy rica y abarca todo el espectro desde los colores fríos (el
verde-fertilidad y el azul en la indumentaria femenina) hasta los cálidos (el
rojo-pasión del banco, la cama y el dosel) con un predominio de los colores
terrosos y siena. Su combinación es equilibrada y transmite serenidad, no obstante,
el lado derecho concentra los colores cálidos verdes y rojos.
A continuación, explicaremos la
representación de la luz, una luz natural que penetra por una ventana
situada a la izquierda pero que no produce una luz focal y dura, siendo los contrastes
lumínicos muy suaves, los colores se aclaran u oscurecen según la posición del
objeto respecto a la luz. La composición es equilibrada y existe un eje de
simetría que comienza en el espejo y termina en la representación del perro, distinguiendo
así las dos figuras unidas por las manos. Por lo tanto, es una representación
unitaria.
Cabe mencionar, la representación del espacio, puesto que
aparece la gran innovación respecto a la perspectiva, las líneas de fuga, la
perspectiva lineal. Por último, debemos mencionar el tema y los significados,
este cuadro tiene un carácter privado donde dos ricos burgueses contraen
matrimonio (sin presencia de un cura, ya que en esa época solo eran necesarios
dos testigos), el cuadro equivale a un documento notarial, porque encima del
espejo aparece la inscripción de: “Johannes de Eyck fuit hic 1934” (Jan Van
Eyck estuvo aquí). Además, hay que decir que la mujer no estaba embarazada, sino
que la forma de recogerse el vestido crea esa sensación. Finalmente, los
objetos cotidianos son representados por un gran simbolismo, como, por ejemplo:
la única vela que hay encendida en el candelabro representa a Cristo, el que
todo lo ve, el perro la fidelidad, los rosarios y el espejo la pureza, las
frutas la fertilidad, las manos el juramento, los pies descalzos el pisar el
suelo sagrado…
Como conclusión, hemos de decir que esta forma de
representar los símbolos, camuflados por objetos cotidianos, es muy del gusto
de los artistas del siglo XV, en un deseo de elevar lo terrenal hacia un
estadio más espiritual. No podemos finalizar este comentario sin aludir a la
trascendencia que esta obra ha tenido en la historia del arte. La iluminación
de la estancia a través de un ventanal lateral será un recurso utilizado por
los artistas flamencos posteriores y en el Barroco.
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