domingo, 4 de diciembre de 2016

COMENTARIO MATRIMONIO ARNOLFINI

Nos encontramos delante de un cuadro de Jan Van Eyck, el matrimonio de Arnolfini. Como características de la pintura de Jan Van Eyck encontramos las siguientes: utiliza la técnica del óleo, Abandona la interpretación medieval de los temas religiosos porque los temas sobrenaturales son interpretados como escenas de aspecto habitual y cotidiano, utiliza la perspectiva lineal, La atmósfera y la luz están captadas con una maestría inigualable y temática inigualable.

Pasando al análisis formal e iconográfico, comenzaremos comentando el material y la técnica utilizada en esta obra, en este caso se emplea el óleo sobre tabla de roble, creando así un gran hiperrealismo. Continuaremos mencionando el dibujo y el color, es muy preciso con numerosos detalles como por ejemplo: el tratamiento del perro y los encajes del tocador de la mujer; en cuanto a los colore, presentan una perfecta gradación tonal que crea una sensación de volumen y espacialidad, la gama cromática es muy rica y abarca todo el espectro desde los colores fríos (el verde-fertilidad y el azul en la indumentaria femenina) hasta los cálidos (el rojo-pasión del banco, la cama y el dosel) con un predominio de los colores terrosos y siena. Su combinación es equilibrada y transmite serenidad, no obstante, el lado derecho concentra los colores cálidos verdes y rojos.
A continuación, explicaremos la representación de la luz, una luz natural que penetra por una ventana situada a la izquierda pero que no produce una luz focal y dura, siendo los contrastes lumínicos muy suaves, los colores se aclaran u oscurecen según la posición del objeto respecto a la luz. La composición es equilibrada y existe un eje de simetría que comienza en el espejo y termina en la representación del perro, distinguiendo así las dos figuras unidas por las manos. Por lo tanto, es una representación unitaria.

Cabe mencionar, la representación del espacio, puesto que aparece la gran innovación respecto a la perspectiva, las líneas de fuga, la perspectiva lineal. Por último, debemos mencionar el tema y los significados, este cuadro tiene un carácter privado donde dos ricos burgueses contraen matrimonio (sin presencia de un cura, ya que en esa época solo eran necesarios dos testigos), el cuadro equivale a un documento notarial, porque encima del espejo aparece la inscripción de: “Johannes de Eyck fuit hic 1934” (Jan Van Eyck estuvo aquí). Además, hay que decir que la mujer no estaba embarazada, sino que la forma de recogerse el vestido crea esa sensación. Finalmente, los objetos cotidianos son representados por un gran simbolismo, como, por ejemplo: la única vela que hay encendida en el candelabro representa a Cristo, el que todo lo ve, el perro la fidelidad, los rosarios y el espejo la pureza, las frutas la fertilidad, las manos el juramento, los pies descalzos el pisar el suelo sagrado…


Como conclusión, hemos de decir que esta forma de representar los símbolos, camuflados por objetos cotidianos, es muy del gusto de los artistas del siglo XV, en un deseo de elevar lo terrenal hacia un estadio más espiritual. No podemos finalizar este comentario sin aludir a la trascendencia que esta obra ha tenido en la historia del arte. La iluminación de la estancia a través de un ventanal lateral será un recurso utilizado por los artistas flamencos posteriores y en el Barroco.

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